Posted Aug 18, 2021, 3:35 pm
Traducido por Bennito L. Kelty/TucsonSentinel.com
MITO: Las vacunas contra COVID-19 se desarrollaron demasiado rápido para estar seguras.
HECHOS: Es comprensible que la gente tendría esta preocupación. Las vacunas se lanzaron en un tiempo récord, con dos usando una tecnología novedosa. La entidad gubernamental que lideró el esfuerzo incluso se llamó “Operación Warp Speed”.
Pero en realidad, la tecnología ARNm detrás de las vacunas de Pfizer y Moderna han estado en desarrollo durante casi dos décadas, y una característica clave de la tecnología es su capacidad de hacer vacunas rápido.
In English: Myths and facts about COVID-19 vaccination
Al probar las vacunas por seguridad y eficacia, no se cortaron esquinas. Se siguió el mismo proceso que con cualquier vacuna, pero para acelerar las cosas, las compañías farmacéuticas realizaron diferentes fases de la investigación simultáneamente, en lugar de secuencialmente. Los voluntarios se inscribieron rápidamente. Y los fabricantes de medicamentos comenzaron a fabricar la vacuna incluso antes de saber si la vacuna sería autorizada, por lo que las dosis estaban listas de inmediato.
Al decidir permitir las vacunas para uso de emergencia, la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) tuvo amplia evidencia de estudios en los que participaron decenas de miles de voluntarios. Y en los meses desde entonces, después de que millones las hayan tomado, las vacunas han seguido demostrando su seguridad y eficacia.
MITO: Las vacunas contra COVID-19 alteran el ADN de las personas.
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HECHOS: Ese rumor surgió, muy probablemente, porque dos de las vacunas usan métodos genéticos que la mayoría de nosotros no entendíamos — el ARN mensajero, o ARNm. Pero no necesitas un curso en genética para comprender este simple hecho: la vacuna ARNm no puede afectar tu ADN porque nunca se acerca a él. Entra en la célula, pero no tiene acceso al núcleo donde se almacena el ADN.
En vez, el ARNm instruye a las células a producir la “proteína espiga” del coronavirus que señala al cuerpo para crear anticuerpos. El ARNm se disuelve rápido y también lo hace la espiga, pero los propios anticuerpos del cuerpo permanecen, preparado para atacar el coronavirus real en caso de que aparezca
MITO: Las vacunas contra COVID-19 pueden causar infertilidad.
HECHOS: No es verdad. El rumor aparentemente surgió de otro malentendido de la biología humana. Un informe incorrecto en los medios sociales dijo que la proteína espiga en el coronavirus es la misma que otra proteína espiga involucrada con el crecimiento de la placenta, afirmando falsamente que las vacunas podrían atacar la placenta. Pero eso está equivocado. Las dos proteínas espigas son completamente diferentes, y la vacuna no ataca la placenta ni afecta la fertilidad.
MITO: Las vacunas contra COVID-19 contienen ingredientes misteriosos que pueden tener efectos a largo plazo.
HECHOS: No hay misterio. Los ingredientes en las vacunas están listados en el sitio web de los CDC. Incluyen ingredientes típicos de las vacunas, como una cápsula de grasa para proteger el ARNm, sales, y un poco de azúcar. No incluyen tejido pulmonar fetal ni microchips para rastrear te. Esas son teorías conspirativas sin base de hecho.
En los raros casos cuando las vacunas causan problemas, son identificados dentro de dos meses, usualmente dentro de días.
MITO: Las personas jóvenes y sanas son mejores para confiar en sus propios sistemas inmunológicos que arriesgarse a tomar la vacuna.
HECHOS: Es importante sopesar el riesgo de la vacuna contra el riesgo de COVID-19.
Mira lo que está sucediendo en todo el país. COVID-19 está aumentando entre las personas no vacunadas. En comunidades con bajas tasas de vacunación, miles se están enfermando y muriendo, y los hospitales se están quedando sin camas para cuidados intensivos. Jóvenes que estaban sanos se han puesto en ventiladores y algunos han muerto. Muchos de los que sobreviven a COVID-19 — del 10 por ciento al 30 por ciento — padecen síntomas persistentes, especialmente fatiga y una niebla mental que les impide trabajar.
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Compárelo con los efectos secundarios de la vacuna. Algunas personas se sienten un poco febriles o cansadas por un día; la mayoría no tienen síntomas más que de un brazo adolorido. Las reacciones alérgicas graves ocurren en una de cada 100,000 inyecciones, pero se manifiestan al instante y pueden revertirse rápidamente con medicamentos; por eso hay que estar en observación durante 15 minutos después de la inoculación.
Las enfermedades graves asociadas con las vacunas contra COVID-19 — coágulos de sangre e inflamación del corazón — son extremadamente raras después de la vacunación. Ambas condiciones son mucho más probable a ocurrir como resultado de la infección de coronavirus.
Y si, es verdad que las personas jóvenes sanas a menudo sufren sólo síntomas leves de COVID-19 (aunque, de nuevo, algunas se ponen muy enfermas). Pero no vives solo en una isla tropical, e incluso si estás bien, puedes infectar a alguien más que no vaya estar bien. ¿De verdad quieres ser responsable de hacer a un ser querido o incluso a un extraño enfermo de muerte?
Nada en la vida está libre de riesgos. Pero la vacunación contra COVID-19 es un caso claro donde los beneficios superan con creces los riesgos.
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